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El DOG publica hoy la nueva convocatoria de Acciones Formativas para Desempleados, dotada con 50 M€ y replanteada por completo en el marco de la transformación hacia un modelo más eficaz y alineado con las necesidades reales del tejido productivo
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Entre las principales novedades, se introduce la posibilidad de recibir microformaciones dentro de esta orden y, también por primera vez, la formación dual obligatoria en las formaciones de larga duración, con un mínimo del 25% en entornos reales de trabajo
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La colaboración entre las entidades formativas, los clústeres y las empresas será fundamental, pudiendo el tejido productivo demandar directamente acciones formativas a través de los centros para garantizar una respuesta ágil a sus necesidades
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Las oficinas de empleo refuerzan su papel, identificando necesidades formativas por sectores y territorios y derivando candidatos, que deberán comprometerse a la asistencia en el marco de su itinerario consensuado de empleabilidad
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Las ayudas podrán solicitarse desde el 16 de julio hasta el 30 de noviembre de 2025 y se completarán en 2026 con una orden específica que estará abierta desde comienzos de año y durante buena parte del ejercicio
El Diario Oficial de Galicia (DOG) publica hoy la nueva orden de Acciones Formativas para personas Desempleadas (AFD), dotada con 50 M€ y que marcará un punto de inflexión en el modelo de formación para el empleo que impulsa Galicia, reforzando la posición de la Comunidad a la vanguardia en el ámbito de las acciones dirigidas específicamente la personas desempleadas de las a través de la flexibilización y de la colaboración público-privada.
La convocatoria supone uno rediseño integral respeto de las ediciones anteriores con el objetivo de garantizar una formación más alineada con las necesidades del tejido productivo e incorporar la máxima flexibilidad en la duración de los cursos para favorecer la rápida adaptación a las demandas del comprado, con novedades clave como la incorporación de las microformaciones y de la formación dual obligatoria en las formaciones de larga duración, con un mínimo del 25% en entornos reales de trabajo. Además, la nueva orden promueve la colaboración entre empresas y entidades formativas pudiendo el tejido productivo demandar directamente acciones formativas a través de los centros para garantizar una respuesta ágil a sus necesidades a la hora de establecer las acciones formativas. Por ejemplo, si una empresa necesita soldadores, podrá contactar con un centro y solicitar un curso formativo ajustado a sus necesidades. De este modo, la entidad podrá organizar la acción con la garantía de que existe un nicho de empleabilidad, favoreciendo una oferta más eficaz y orientada a la inserción laboral.
Las ayudas podrán solicitarse de 16 de julio a 30 de noviembre de 2025. El presupuesto, procedente de fondos finalistas del Estado, está repartido en dos anualidades: 30 M€ en 2025 y 20 M€ en 2026 —para financiar acciones que se inicien este año y puedan prolongarse en el siguiente— y se completará el próximo año con una orden especifica que estará abierta buena parte del ejercicio. Podrán ser beneficiarias de estas ayudas las entidades y centros de formación acreditados y se contemplan anticipos de hasta el 60 % para garantizar su solvencia. Los cursos se dirigen preferentemente la personas desempleadas, aunque se permite la participación de ocupadas hasta un 30 % de las plazas, siempre que no se cubran con personas sin trabajo. Se prevé beneficiar en total la cerca de 12.000 personas.
Principales novedades
La nueva orden AFD incorpora importantes novedades que suponen un nuevo paradigma para todos los agentes implicados. Para las personas desempleadas, la convocatoria representa una oportunidad de acceder la formación más útil y lejana de calendarios rígidos. Gracias a la flexibilidad en la duración de las acciones y a la participación de las oficinas de empleo en la orientación y selección del alumnado, cada itinerario podrá adaptarse mejor a los perfiles profesionales. Como novedad, cada acción formativa debe responder a una demanda real, con un compromiso previo acreditado por las entidades formativas de un mínimo del 30% del alumnado. Además, podrán impartirse grados B (200-300 h) y C (600-1.000 h), y por primera vez microformaciones de grado A (30-40 h), lo que abre un nuevo escenario más dinámico y adaptado a las necesidades reales del comprado.
Para las empresas, implica apostar por un modelo donde la formación va pareja a la realidad productiva. Así, cuando demanden una necesidad concreta de capacitación, podrán canalizarla a través de los centros acreditados, garantizando una respuesta ágil. Además, en los programas de grado C, se introduce de forma obligatoria la formación dual, que requiere que por lo menos el 25% de las horas se desarrollen en entornos de trabajo, reforzando la utilidad práctica del aprendizaje. Las oficinas de empleo también refuerzan su papel en este modelo, asumiendo funciones en la identificación de necesidades formativas por sectores y territorios, así como en la derivación de personas candidatas —con deber de asistencia en el contexto de su itinerario consensuado de empleabilidad—.
Enlace a la orden en el DOG: